sábado, 8 de febrero de 2014

Yin-Yang

Yin


Debéis saber que seguir,
es la clave de todo,
aunque sea ebrio o sobrio,
de pie o sentado en un bar,
de cara o espaldas, da igual.
La cuestión es buscar
tu vida entre papeles,
entre risas sinceras
o quizá en ti.
Y la tristeza arreciará,
entre noches con mucho alcohol,
cabezas deshilachadas,
y soledad en las esquinas.
Pero qué más da,
si sonreír es gratis,
y lo que tú me das,
llena mi cara de felicidad.
Ya sabéis, si la mierda
os quiere pescar
sed más fuertes que ella,
porque es eso, solo mierda,
y nada más.

Yang


El silencio se mece sobre sí,
tras la ventana del mundo,
los coches arrasando la calma,
los pájaros saboreando el viento,
bajo un nublado cielo gris.
Las voces cortan la afonía,
de nuevo, el mundo,
con su gente dando pasos,
sus risas intercambiando miradas,
sus miradas alternando abrazos.
Bajo la estela de la quietud,
la oquedad se posa,
rozando el corazón perecedero,
suspirando por algo inexistente,
respirando por respirar,
exigiendo un pedazo de sinceridad.
Fuera de aquí, yo,
dentro de mí, solo silencio,
en mi voz, preocupación
en constante ebullición,
sin destellos o un tanto de luz,
con tanta oscuridad como egoísmo,
como el resto y como nadie a su vez,
la sombra es inquietante,
pero no se extiende a mi alrededor.