sábado, 12 de abril de 2014

Reflexionando

Con una sinceridad abusiva he intentado presentar mi dimisión en mi cabeza a seguir con esto. A continuar amargándome. Está en trámites pero creo que se aceptará esta moción de censura a deprimirme con la llegada de la primavera y ser feliz aún estando conmigo mismo. Tengo que mandar a tomar por culo esas ideas pesimistas que se cruzan en mi cabeza. Pensar de forma optimista. Algo que nunca he hecho, la verdad. Porque eso de ver las cosas fáciles no me ha ido nunca.
Mientras tanto os voy a dejar un poema precioso pero muy triste. Lo siento mucho, es lo que ha salido esta semana. Prometo escribir más alegre en próximas entradas.
Yo dejé de escribir.
Tú dejaste de vernos.
Tu ventana separaba mis ganas de verte
con tus ganas de odiarme.
Yo dejé los versos.
Tú borraste mis besos.
La fecha de caducidad indicaba
que todo se acababa.
Yo dejé de vivir por ti.
Tú lo dejaste todo, pero no por mi.
Se instalaba el silencio
y se largaba al momento,
tu sonrisa pegada,
tus manos me tocaban,
pero todo duró un instante.
Yo dejé de andar.
Tú decidiste avanzar por tu cuenta.
Mis palabras entorpecieron tu mente
y tú corazón quiso retenerme.
Yo dejé mi mundo.
Tú volviste a él.
Tu ventana ya no separaba nada
y tu cama me llamaba.
Yo me hundí entre tus piernas.
Tú optaste por hundirte en mis labios.
Mi refugio en la tormenta
fue mi regalo todo este tiempo.
Mi refugio en la tormenta
fue lo que sentía por ti.
Yo deje de ser yo.
Tú dejaste de ser tú.
Nos olvidamos de nosotros
para pensar en otros.
Se acabó lo que se daba
ya no podíamos sacar nada.
El tiempo puso a cada uno en su sitio
separados por un abismo.
Separados por el mundo.
Sin ti.
Sin mi.
Ya sabéis mi twitter y para los que no, soy @93alvaro, gracias por leer otra semana más. Os lo agradezco mucho. Un abrazo!!

domingo, 6 de abril de 2014

Todo y nada


Le pedí inconsciencia a la mente,
para alejarte de mi mundo,
no voy a rogar como un niño,
pues no es necesario hacerlo.

Tus argucias delataron un corazón,
algo atrancado desde hace un tiempo,
atrapado entre sentimientos,
y sollozando en cada momento.

Ahora pienso sobre aquello,
y me torturan mis palabras,
fueron sinceras pero no acertadas,
fueron intensas pero muy aceleradas.

Estos versos mitigan agonía
pero aniquilan esperanza,
entre tanto me sumo al silencio
que dejaron tus huellas en mi pensamiento.


He llegado a este punto de incoherencia
de no saber a qué juego,
de no saber a qué me atengo,
a seguir inconsciente
pero también algo despierto.

He llegado al momento cumbre,
a ese momento perfecto,
cuando el horno está caliente,
y la comida en su punto.
Sabiendo que estoy alerta,
y con la cabeza bien puesta.

Aterrizan aires nuevos,
y los problemas no llegan,
cambié preocuparme,
por sonreír hasta a los árboles,
dejando a un lado las insatisfacciones,
y rescatando mis emociones.

La primavera llega,
y dicen que la sangre altera,
no hace falta una estación para animarme,
prefiero una sonrisa permanente,
aunque tenga alguna duda,
no perderla es lo que importa.

sábado, 5 de abril de 2014

Quemando un poco de esperanza


Quema tanto,
como tu mirada,
como ese rayo,
como esos centímetros,
solo quema.

Arde hace ya tiempo,
se va con el aire,
se lo lleva el viento,
adormece el momento.

Para ahogar,
despacio y enérgico,
resuelto y fuerte,
secando el silencio,
entre mil llamas,
entre mil suspiros,
entre mil lágrimas,
entre mil sueños…

Cenizas,
de segundos,
de penas,
de besos,
de abrazos,
de recuerdos.

Emerge mi esperanza,
entre estos versos,
tan vivos como muertos,
tan dormidos como despiertos,
absorbiendo ese aire
de autoconvencimiento,
que respira mi mente,
para dejar de estar ausente.

Me asomé al espejo,
buscándome,
sin buscarte,
arañando lo imperfecto,
amontonando arena,
arena de sueños.

Amarga mi ausencia,
pero aparezco,
me encuentro,
y dejé de encontrarte,
mi vida partió sola,
sin recordar
las ramas secas que
atraparon cada noche
los momentos,
mi melancolía,
y tu sabor.

Me asomé al espejo,
aparecía yo,
lleno de vida,
sonriendo,
siendo yo,
siendo sin ti.