Se me ha
acabado la ventaja y el abrigo,
todo lo
perdido va cuesta abajo y con patines,
gasolina, o
eso creo, entre mis venas arde,
más que
para un rato, para siempre y con cárcel,
olvidado,
confundido, llego pero no lo consigo
dame un
poco de cancha, por ser amigos
deja que me
tire en plancha y recoja el testigo
muchas
horas, muchos trenes y no te inspiro.
Ocaso,
llega el Sol y se funde, o se confunde
con
cualquier mariposa que brilla por él,
pide
permiso, antes de echar limosnas
y que la
gente esconda su trozo de miel,
atravesado,
sorprendido por el azar insulso,
por unas
sábanas, un suspiro y un se acaba,
destronado
como cada rey que pierde su espada
abatido
como un psicólogo en su diván tirado.
Posibilidad
de cerrar y de llegar al final
congelado y
entre cubitos de hielo
persigo ese
punto en el que no me dicen para,
paralizado
y ofendido por el calor de la almohada,
un rato más
de sueño, un rato que se apaga
perfil diestro
y sin pespuntes, tu perfil junto a mi cara
se acabó lo
que se ataba, se acabó sin decir nada.
Ál. Fdez