martes, 31 de diciembre de 2013

Punto y... ¿seguido? (Nochevieja 2013)

Nochevieja ya llegó. Por fin podremos darle carpetazo a este año tan extraño, con demasiados altibajos. Empezó como acabó 2012, con todo muy revuelto y sin nada claro en el camino. Dejando que cayese por algunos labios ajenos que no me apetece recordar. Continuó con algo nuevo pero desgastado porque el paso del tiempo envejece todo y nada es como debería haber sido. Una de las cosas de las que me arrepiento es que no aprovecho el tiempo de la forma más adecuada posible, porque de forma lógica, es complicado.

Dos meses bastaron para que todo se fuera al garete. A partir de Marzo todo es una continuación de situaciones extrañas, líos raros y pocas cosas salvables. El verano se convirtió en un imposible, con una persona, que bueno, en sustitución de otra lo hizo tan tan bien, que le ofrecí un contrato de por vida como amiga. A ti, a la de Tres Cantos, muchas gracias por ser como eres.

En realidad, por mucho que se torciese el rumbo, aquí seguía la de siempre. La que me aguanta todo y más, y por la que cada año que pasa (y pasará) seguirá intentando poner una pizca de inteligencia emocional y claro está, alegría, en mi vida. Por mucho que estemos en la mierda siempre nos sacamos a flote. Unas pelis, unas palomitas, hablar un rato en plan psiquiatra y unas risas para celebrarlo. No me queda otra que agradecer que no te des por vencida con este amigo tan cabezota que tienes. Me alegro de como te van las cosas, ya lo sabes. Te mereces el cielo la verdad. Espero que el año que viene sigamos igual en lo que a amistad se refiere, porque tienes que quedarte conmigo. Que te quede claro 'S'.

Como mención especial, voy a darle el papel que se merece a TODO esto. Este pequeño blog que con solo dos meses de vida me hace inmensamente feliz cada sábado al publicar. A todos los lectores que aguantan las paparruchas que digo. Sois grandes, muy grandes y siempre os estaré agradecido de que entre la magia de las letras, hayáis elegido las mías.
Que este 2014, tendréis más historias que leer. Os lo aseguro. Nos os defraudaré.

No voy a hacer propósitos de año nuevo. Bueno sí, solo uno. No es para nada complicado. Lo digo para el tío que se encarga del karma, el destino y demás cosas espirituales. Que este 2014 sea de otro modo. Que no tenga déjà vus por aquí y por allá. Necesito aire nuevo, sabia nueva. Si le puedo dar un cambio de rumbo a casi todo, no estaría nada mal. Yo quiero seguir teniendo a los de siempre. A esos, a esos no los toquéis que están bien colocados en sus lugares correspondientes. Solo quiero eso. Un año distinto. Un año incomparable con los anteriores.

Espero que tengáis una buena salida y entrada de año, y no os paséis comiendo y bebiendo. Para los que salgáis de fiesta, desfasad lo que desfasaría yo, si hubiese querido irme de fiesta, claro está. Nos vemos el sábado como siempre. Un abrazo para todos.


Ál. Fdez.

Seguidme en twitter si queréis a través de @93alvaro. Gracias por leerme!

sábado, 28 de diciembre de 2013

¿Seguimos?

El tiempo es la respuesta que todos queremos darle a todo y en realidad es la pregunta que todos nos hacemos, ¿Cuánto? Cuánto tiempo pasó al cambiar el Larios por esa Mahou Clásica en el parque. O mi chalet en Marbella por mi escritorio, hoy revuelto, de Madrid. Cuánto tiempo pasó entre la asiduidad de tu sonrisa en mi retina y el oscuro pasaje que me condujo a querer olvidar. Cuánto tiempo pasó entre mis ganas de vivir agarrado a tu mano y plasmar mi corazón entero con inquietudes incluidas en un blog. Me gustaría saber si me estoy perdiendo a mi mismo y si el tiempo que queda es lo que necesito para encontrarme. Siendo una paradoja como es la vida del mundo. Quiero acariciar parte de los segundos que ya gasté en saborear con cierta ternura tu recuerdo. Por una simpleza gigante. Porque hablo de ti.

Lo sé, sigo arañando los recuerdos para recurrir al tiempo. Ese que me condujo a un malestar de pesadumbre después de meses de alegría. Al cambiar las costuras de tus letras por la magia de mis palabras un dos de noviembre. Sabiendo que nos fuimos apagando y la vela deshaciendo entre broncas unidas a unos cuantos "Te quieros" abandonados. La tristeza no es parte de mi, sino, la nostalgia que aún llena mis manos cuando escribo. Pasamos de preguntarnos cuánto teníamos a cuánto nos quedaba.

La diferencia entre tú y yo fue siempre abismal pero supimos acortarla a base de besos y caricias. Ya sabes que la cabeza no juega malas pasadas y que si lo hace es por culpa del corazón. Qué todo fue capaz de llenar una vida y también de esfumarse en solo un instante voraz. Ya no quiero seguir hablando del pasado que se fue quiero seguir hablando del futuro que vendrá. Otra chica, otros labios, otra sonrisa y otro sentimiento antagónico a la nostalgia. Porque para vivir tengo mucho y para amar un solo corazón acostumbrado a perder y tener que marcharse. Sigo vivo, ¿y vosotros?

Ál.Fdez.

Podéis seguirme en twitter como ya os digo siempre, @93alvaro. Os recuerdo que el martes habrá un especial para Nochevieja. Feliz Navidad y gracias por leer, como siempre.

sábado, 21 de diciembre de 2013

El recuerdo de algo

Ahí estábamos, a finales de Diciembre, con mil y un adornos de por medio y una fiesta que preparar. Hacía apenas dos horas que me habían llamado por teléfono para hacer una serie de chapuzas en el local al que me habían invitado esta Nochevieja. Me apresuré a vestirme y salir pitando hacia allí. Hacía un frío increíble, tengo que decir, que sí, fue aquel año en el que su último mes fue extremadamente helador. En 2010 para ser exactos.

La noche ya era completamente cerrada e ir por la calle se convertía en una odisea. Era tal el ambiente festivo que había a falta de dos días para fin de año, que en cualquier instante podría aparecer un niño y llenarte de spray de nieve artificial. Y así sucedió, un vecino de mi bloque me sorprendió y me roció de forma exagerada por todo el cuerpo. Ya podéis imaginar como se quedaron mis gafas, mi abrigo...

Después de mi mala pata con los spray conseguí llegar al lugar. Un local anexo a una parroquia de mi barrio. Era gratis y lo podíamos decorar a nuestra manera. Llegué, miré y me encontré con una de mis mejores amigas. La misma que me había dado un toque para pedirme auxilio porque no les daba tiempo. Pelo color miel, de estatura normal y con la piel tan blanca como un vampiro. Me puso en marcha en seguida y me presentó a todos con los que pasaríamos el primer día de 2011. Entre todos ellos había una chica que de primeras no me llamó la atención, pero no tardaría casi nada en conseguir que lo hiciese.

Nos dividimos en dos grupos, casi todas las chicas se fueron a comprar, otras sin embargo se quedaron para colgar el cartel personalizado que habían pintado y los chicos, nos quedamos para intentar emular al tío de Bricomanía. Comenzamos por los altavoces gigantescos de los que disponíamos para la música. Pesaban tanto que tuvimos que colgarlos entre cuatro personas. Una bola de discoteca que habíamos comprado se resistía a ser colgada y tardamos más de lo debido en poner ese armatoste en su sitio. Llegó el momento de colocar el famoso flash epiléptico que hay hoy en día en todos los pubs. De eso me encargué yo.

Me ayudo ella. La chica que no había captado mi atención al entrar. Que no parecía nada del otro mundo y que nadie habría pensado como acabaría aquello cuatro días después. Intenté ser lo más agradable posible, pero sin ningún propósito en especial.

—Bueno, vamos a ver, vamos hacerlo en plan operación. Me sujetas la escalera y mientras te pido las herramientas ¿te parece?— le dije.
—Trato hecho. Hmm, clavo y martillo para empezar?—me dijo con tono burlón.
—Sí, gracias señorita enfermera.—conseguí decir entre risas.

A partir de ese momento empezamos a conversar tranquilamente. Ella me preguntaba cosas. Yo le respondía con evasivas. Me intentaba sonsacar cosas de mi vida pero no le fue nada fácil. Empezaba a saltar una leve chispa entre nosotros. Sonrisas cómplices con cada tontería que el otro decía. Era realmente extraño lo que estaba sucediendo entre esas dos personas desconocidas hasta aquel mismo momento. Terminé, bajé de la escalera y nos quedamos frente a frente, mirándonos sin saber que hacer ni que decir. Lo siguiente sería un beso llegué a pensar justo cuando mis compañeros de chapuzas volvieron a entrar en escena. Todo quedó en standby. Hasta el día siguiente a fin de año no volví a contactar con ella.

Mucha gente hubo en aquella fiesta. Muchas personas tuve que agregar por entonces a Tuenti. Me faltaba alguien pero no recordaba quién. Una vez empecé a mirar las fotos me di cuenta de que era ella la que me faltaba. Le mandé la típica invitación de amigo. Tuenti no respondía así que tuvimos que utilizar Messenger. Justo cuando empezamos a retomar lo que dejamos parado en aquel instante, en el que nos quedamos mirando como dos idiotas.

Me di cuenta de que sería alguien importante para mí. Por muy loca que dijese que estaba o como acabase todo al cabo de diez meses. Sigue estando en mis recuerdos. Ya no pienso en ella. Pero forjé parte de mi personalidad junto a ella. Siempre quedarán cenizas, pero el fuego por suerte nunca se encenderá de nuevo.

Ál.Fdez

Podéis seguirme en twitter a través de @93alvaro como ya sabéis, muchas gracias a todos por leer una semana más! Y felices fiestas! Un abrazo!

sábado, 14 de diciembre de 2013

Navidad para todos los públicos

Navidad, blanca Navidad. Que de blanco tiene poco ya lo sabéis. Eso de nevar por Madrid está mal visto en estas fechas tan señaladas. Como veis hoy me ha dado por elegir este asunto tan familiar. A veces bonito, otras un tanto escabroso pero en general con paz y amor repartidos por doquier. Estos días tan preciosos en los que los villancicos suenan hasta en Freshka, perdón quería decir Bershka. En los que se peta el centro de tal manera que más que andar te arrastran por sus calles. Esas sesiones de Cortilandia que tienen más afluencia que el campo del Getafe. Y qué decir del supermegaultra-árbol que han puesto en Sol este año con su bombo de la lotería haciendo compañía en un lateral y todo.

Esta Navidad madrileña tan nuestra. Con la gente sucumbiendo en la Puerta del Sol ante el reloj que marca las horas de toda España y junta de vez en cuando a toda la familia. Que si el cuñao pesao, la suegra, además del resto de fauna existente en cada casa y cada mesa. Pero antes de ir tan rápido a Fin de Año, parémonos en esa cena de Nochebuena que con sus sobras comemos el día de Navidad. Ese momento es el primero especial, ya sea porque Papa Noel hace acto de presencia por la noche o porque acabas a copazos con tus tíos y jugando al Tabú o mucho peor, al ¡Bingo! Y luego, ¿qué?, en Navidad con todo tu resacón por los cubatas de la noche anterior a intentar comer algo sólido para poder expulsar el alcohol de nuestros cuerpos. Con su siestecita obligada post-atracón navideño.

Con esto llegamos al día más esperado del año. Ya sea porque queramos que este último año de mierda acabe o porque deseamos que no acabe nunca y nos apetecería quedarnos en él eternamente, por el discurso de Su Majestad que todos los años nos llena de orgullo y satisfacción, o simplemente, porque nos apetece salir de fiesta con la excusa de que es Año Nuevo y por llegar a las 10 de la mañana, tus padres te aplauden en vez de echarte la chapa por llegar a esas horas. Todas las Nocheviejas son épicas ya sea por "x" o por "y". Alguien la lía o se lía, alguien se vuelve más efusivo que de costumbre y tú le sigues el rollo porque hay que empezar con alegría. Otro se pone nostálgico y así hasta un sinfín de emociones sorteadas por obra y gracia del alcohol.

En definitiva, la Navidad acaba siendo genial o también horrorosa, eso ya depende de cada uno. Sed felices y que el día de la lotería además de salud, ¡tengamos dinero! ¡Feliz Navidad!


Ál. Fdez

Podéis seguirme en twitter a través de @93alvaro, ¡Muchas gracias por seguirme cada semana! ¡Un abrazo a todos!

sábado, 7 de diciembre de 2013

En busca de tiempos mejores

¿No os ha pasado nunca que os sentís raros, no os notáis a vosotros mismos y no sois capaces de encontrar un cierto equilibrio? Pues me uno a ese club. El del mal sabor de boca porque sabes que las cosas no salen como deberían. Que te vas dando cuenta de que los momentos no son como son, sino que, son forzados por el propio tiempo y por nuestra actitud. Te sientes fuera de lugar, en un lugar construido a base de castillos en el aire que no tienen cimentación y que se decidió empezar sin planos y a lo loco. Porque es lo que me lleva pasando este último año. No doy una a derechas y cuando parece que sí en realidad es que no.

En serio, yo lo intento. Le pongo toda mi buena intención a todo. Pero solo con eso no basta. Y tampoco sirve estar bien. Necesito algo más. Algo que me de una seguridad añadida o una confianza extra. ALGO. Y no lo consigo. Me he vuelto en cierta manera seco, que no borde, aunque entiendo que se confunda. Me falta todo lo que era y que no consigo volver a ser. Dicen que a lo mejor he cambiado, pero yo pregunto «¿Este cambio es demasiado bestia, no?». Pues sí, opino que así es. Demasiado brusco porque todo ha desaparecido. No todo se cambia en un abrir y cerrar de ojos. De hecho lleva su tiempo y de ser yo a ser las migajas de alguien que fui, es un cambio sí, pero autodestructivo.

Soy de los que piensan que vendrán años mejores. Todavía no toca hacer balance de este año, eso lo dejaré para el especial de Nochevieja. Pero no estoy teniendo una racha buena aunque tampoco es pésima. Vendrán tiempos mejores y rachas buenas, estoy seguro.

Ál.Fdez

Muchas gracias por leer esta ida de olla, podéis seguirme en twitter poniendo @93alvaro.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Una mañana sin igual

Una mañana más con el mismo compás. La alarma suena y solo la quiero estampar. Son solo las siete y media déjame descansar. Ahora no me apetece música, solo dormir, para variar. Empieza otro día, esperemos que pase sin más. El café en la cocina y unas galletas para acompañar. El baño está frío y la ducha no se quiere calentar. El radiador me ahoga y no me deja respirar. Me quejaba de frío y ahora el calor no soy capaz de aguantar. El secador me traslada a un paraíso sin igual. Las manos calentitas ya empiezan a funcionar. La cama deshecha y la habitación revuelta. La camiseta en la mesa y el pantalón en la percha. Los zapatos en una esquina marginados y el abrigo tirado.

Voy a llegar tarde y el autobús no espera. Salgo pitando escaleras abajo. Abro el portal y me resbalo con un charco. Está lloviendo y yo sin saberlo. Qué mala pata para comenzar. Se me olvidó decir que es martes y los martes "ni te cases ni te embarques". El autobús corre por el asfalto y yo intento aguantar el paso. Tengo que llegar antes de que cambie el semáforo. Los nudillos en la puerta pero el conductor no se da cuenta. Le doy más fuerte para que mire de frente. Me hace caso, menos mal sino le mato. La fauna me mira y el conductor gira. La barra esta lejos y no tengo actos reflejo. La caída es estrepitosa y provoca una carcajada de lo más escandalosa. El próximo giro no me pillará desprevenido. Llego a mi parada con la mano magullada.

La parada del metro espera mi entrada. Ya son las nueve y mi impericia hace que el tiempo vuele. Las escaleras mecánicas de repente se paran, la caída esta vez va a ser disparatada. Mis piernas responden y logro no despeinarme. Sigo corriendo hacia el andén, espero que el tren no tarde en aparecer. Los minutos pasan y me quedo sin ellos, la clase va a empezar y no llego a tiempo. El autobús me espera de nuevo y esta vez lo cojo el primero. No me caigo y no he muerto. Los cinco minutos se me hacen eternos. Llego a clase y todo en orden. Así puede ser una mañana en esta vida tan ajetreada.

Se lo dedico a una grandísima amiga por aquello de que es torpe, pero yo la quiero un montón y ella lo sabe.

Ál. Fdez.

Espero que os haya gustado, y recordad me podéis seguir en twitter @93alvaro Hasta la semana que viene!

sábado, 23 de noviembre de 2013

Como el primero, ninguno.

Todos tenemos un primer amor. Ese que siempre nos dejará huella. Del que hemos guardado ciertos regalos o determinadas cartas. Que nos ilusionó o nos hizo pensar que aquellas mariposas en el estómago eran de verdad. A la que dimos nuestro primer beso. Nuestro primer "te quiero". Con la que todo empezó con un "me gustas". Cuando éramos unos micos y estábamos aún en la E.S.O. Cuando nos pasábamos aquellas tardes ocultos en un portal dándonos el lote. O encontrando una canción especial para los dos. Pensamos que sería para siempre. No tendría fin. Pero la vida da muchas vueltas y hoy por hoy sabemos que no es así. Pasó de ser todo a ser un poquito menos.

Los demás no llegan ni llegarán a tanto. No superan aquel principio de enchochamiento adolescente que llamábamos amor. En el que le preguntabas a tu abuela: "¡¿Pero y cómo beso?! y nuestro antebrazo hacía de labios ajenos para no cagarla al besar. Por aquello de tener práctica. En el fondo sabemos que no servía para nada más que hacer el tonto. Nos bastaba para que en el momento adecuado, en el instante preciso en el que sus labios se tocaban con los nuestros la desincronización fuese pequeña y no pareciésemos rematadamente subnormales. Por todos es sabido que un "diente vs diente" es lo peor y más incómodo que nos puede suceder. Para evitar accidentes. Eran cosas de críos, fue algo que me hizo feliz.

Tantos recuerdos que se quedaron en una tarde de Febrero. Cuando el tiempo no dio más de sí, que un abrazo y un "gracias por haber sido tú". Fue el principio de todo y aún después de que los años han pasado, me acuerdo de ella. Siempre ha tenido y tendrá ese hueco en mi corazón que es solo suyo. Solo la importancia de ese comienzo es lo que queda grabado a fuego. Fue el inicio de cartas perfumadas con poesía absurda en letras de niño. Ahora y para siempre serán gratos recuerdos. Como el primero, no habrá ninguno.

Me podéis seguir a través de twitter en @93alvaro, hasta la semana que viene!!

Ál. Fdez

sábado, 16 de noviembre de 2013

¿Qué fue de ti?

Es un día de muchos en el que no sé qué hacer cuando pienso en ti. Cuando las ideas están indefensas y solo les queda morir. El bolígrafo no se mueve y se estanca ante el papel. El metro ya no llama a la inspiración ni a mi imaginación. Las tardes no me cunden porque no sé cómo escribir. La guitarra no toma las drogas necesarias para hacer que un cúmulo de palabras haga sentir. Sigue siendo una hora inconexa entre acentos, puntos y comas. Y al libro de mi mesa le tiemblan las letras por temor a que no le entiendan. No me quedan historias para ilusionar. En lugar de impresiones y opiniones yo quería un ensayo para variar. Parece que no sale, parece que no va a más. Es tan fácil que se torna complicado, porque escribir no es andar, ni tampoco volar, es amontonar sentimientos y dedicarse a explotar.

Han pasado los años desde ti y he decidido cambiar. No sé nada. Cuando te marchaste todo se volvió gris. Aunque la claridad tardó su tiempo en salir. La oscuridad se resistía a claudicar entre lágrimas, versos sin magia y sin sonrisa. No sé qué habrá sido de la persona que me enamoró. De si seguirás como siempre o te dio a ti también por cambiar. Aunque el juego sucio que utilizamos siga empañando los meses de sentimientos. Ya no echo de menos tu habitual sonrisa de ojos. Ni los castillos que formamos y no se conquistaron nunca. No, eso tampoco. Solo me echo de menos a mí mismo. Mis letras con su chispa que tanto daba qué hablar. Porque esa luz era todo lo que me hacía soñar. Y escribir. Ahora no sé cómo hacerlo sin que parezca que hablo de alguien. Qué complicado se hace recordar. Es muy tarde para tanto sentimiento, muy pronto para decir la verdad. Sigo regalando palabras y sigo esperándolas llegar.


Ál. Fdez

sábado, 9 de noviembre de 2013

Cuando todo es nada y nada sigue importando

Ya sabéis a que me refiero, esos momentos, esas personas que no tenían importancia en cada una de nuestras vidas pero en el fondo lo siguen haciendo. Porque es imposible borrar de un plumazo todo lo que un día habéis dado. Es inimaginable borrar todo con un poco. Aún siendo ese poco una montaña. Una montaña que acumula malos rollos, malas formas y malestar con nuestro amigo/a.

No puedo olvidar tantos bancos, tantas noches, tantas cenas compartidas en esos días que me creía solo. Porque un par de meses ensucian, pero no pueden hundir en la mierda gran parte de una amistad. Supongo que muchos de vosotros no dais segundas oportunidades si os hacen daño. Sin embargo, yo tengo una pequeña teoría, creo en el cambio. En el cambio de esas personas que te hacen daño y que pasan a valorar más la decisión de tenerles en tu vida después tal acontecimiento. Creo que casi todo se puede arreglar, a veces necesitas una disculpa, otras quieres obtener otro tipo de disculpa más sincera. Como por ejemplo, que te digan que te quieren en su vida con lágrimas en los ojos. A mi, personalmente, es de lo más sincero que te puedes encontrar, a no ser que sea un/a actor o actriz de éxito.

También pienso que la desconfianza vive de esto. A base de miradas de odio, de gritos, de no dirigirnos palabra, de furia, de esa gran cantidad de cosas que nos ciegan. A veces con razón, otras sin ella. Pero que casi siempre nos acaban separando. Mandan a freír espárragos todo. Por eso busco palabras. Palabras que me ayuden a expresar lo que siento, palabras que me ayudan a comprender parte de esas disculpas. Porque una conversación a tiempo puede solucionar todo, o puede terminar por desgarrar tantos meses o años. La solución está en los otros y en nosotros. Es tan sencillo como ser comprensivo y escuchar. Como cuando pensábamos que todo es nada y en realidad nada sigue importando.

La semana que viene más, lo de mejor os lo dejo a vosotros. Me gustaría algún comentario por twitter, ya sabéis, @93alvaro. Un abrazo y gracias como siempre por leerme.

Ál. Fdez

sábado, 2 de noviembre de 2013

El traje de los veinte

Hoy es un día especial para mí, es mi cumpleaños. Y como dice ahí arriba, caen veinte. Siempre he escuchado que estos próximos diez años serán los mejores de mi vida. También dicen las leyendas urbanas que a partir de ahora no me daré ni cuenta de que los años pasan, caerán como losas y caminaré firme hacia los treinta (por suerte hay camino, mucho camino por recorrer). Llevo unos meses con el run run de "¿Cómo cojones serán los veinte?". Yo que siempre he sido de tocar las narices con aquello de: "¡Qué viejo eres tío!", por la ventaja de cumplirlos a final de año, más que nada. Pues ahora la pregunta es: "¿De qué talla será este traje veinteañero?".

Digo traje, porque me parece elegante y porque es la definición perfecta para lo que viene ahora. Puede que sea una tontería, que no digo que no lo sea ya, sin embargo veo que pronto me daré cuenta de cómo soy y hasta dónde puedo llegar. Llevaré conmigo una bonita americana, luciendo en una solapa y bordado en oro, si soy elegante, habrá que ser un tanto hortera también, un número veinte. Porque ahora llegan las decisiones difíciles. Viene de golpe la elección de la gente que quieres que forme parte de tu entorno. Como leí el otro día: "Mejor calidad que cantidad" Empezar a pasar de los problemas y minimizarlos hasta hacerlos diminutos y que dejen de tocar las narices. Dejar de ponerme filosófico por twitter y plantar cara a las tonterías. Será tiempo de elegir las palabras adecuadas y hablar con cabeza. Conocer mundo, salir ahí afuera y vivir.

Que ya no soy/somos niños de 18 años. Eso ya pasó casi al olvido. Tendremos nuestros achaques de adolescente gilipollas, sí, como todas las personas adultas que andan sueltas por la calle. Que nos hacemos mayores y hay que recordar que: "Todo deber conlleva una gran responsabilidad", que en Spiderman lo decían, pero sabía yo que para algo más servía. Habrá tiempo de amor, de risas, de llantos pero de otra manera. Con más sentimiento y más cabeza. Ahora viene lo importante y en resumidas cuentas, espero llegar a los treinta y tener el mejor traje veinteañero del mundo. Con sus parches y todas las historias a la espalda. Nos queda mucho por vivir y esto siempre lo recordaremos.

Muchas gracias por leerme, me podéis seguir en twitter: @93alvaro, y hasta la semana que viene! un abrazo a todos!

Ál. Fdez

viernes, 1 de noviembre de 2013

Ser o no ser, pensar o sentir

Siempre sentimos o pensamos. Tenemos ese loco afán de garabatear en nuestra cabeza para darle cuerda a nuestros pensamientos. Sí, hay que decir que nos gusta rayarnos. Nos gusta darle a la chola para saber que sentimos. Pero pensar y sentir, se supone que no tienen ninguna conexión. Que si la cabeza dice tanto, el corazón dice cuanto y viceversa. Aunque bueno, normalmente para saber que sentimos tenemos que idealizar, visualizar, creer, como queráis llamarlo, para acabar convencidos de lo que se siente. Admito que también están los típicos que dicen: "Yo pienso con la cabeza y siento con el corazón, soy capaz de separarlo". Tengo que decir que es la mentira MÁS absoluta que puede decir alguien. A no ser que seas Bécquer y sigas en su siglo, no, no eres capaz.

Llevo en esto del amor unos añitos y obtienes experiencia, pero nada quita que te rayes. Nada evita que alguien revolotee por tu cabeza constantemente. Nada evita que pienses, pienses y repienses en seguir o dejar a alguien. Siempre llega ese momento de intentar saber lo que sientes analizando. Y no, ahí está el fallo. Con lo sencillo que es, hablar. Sí, hablar. Dejar las cosas transparentes. Que digamos: "Mira, no sé que siento." Admitirlo es el primer paso. No solo para el alcohol sino también para el amor. También he de decir que yo soy de los que piensan. Que le dan las vueltas a las cosas. Yo por ejemplo, las retuerzo, las estiro, las meto en agua, hago de todo con tal de desgranar y conseguir algo en claro de un pensamiento muy confuso. Pero también tengo mi corazoncito. Ese que saco de vez en cuando y con ciertas personas. No todos los días que con el frío se pone malo. También aparece cuando me da por escribir pasteladas que sé que a más de uno y a más de dos les gustan. Siempre llega ese problema que es pensar dejando de sentir. Y si no sentimos dejaremos de pensar. Tantas conexiones inconexas que hacen darle al coco y buscar una respuesta acorde con lo que necesitamos saber.

Sé que esto puede ser atrevido para darle pie a un blog, es otra manera más de dar a entender que la magia de las palabras no se encuentra solo en los relatos, la poesía y demás géneros narrativo-líricos. Espero que como primera entrada os haya gustado y espero que os paséis cada sábado para ver que sarta de tonterías suelto. Habrá mini-relatos, mini-ensayos, todo mini, tened en cuenta que es un blog, es un pequeño paso para mi. Podéis seguirme a través de twitter @93alvaro.

Ál. Fdez.