sábado, 21 de diciembre de 2013

El recuerdo de algo

Ahí estábamos, a finales de Diciembre, con mil y un adornos de por medio y una fiesta que preparar. Hacía apenas dos horas que me habían llamado por teléfono para hacer una serie de chapuzas en el local al que me habían invitado esta Nochevieja. Me apresuré a vestirme y salir pitando hacia allí. Hacía un frío increíble, tengo que decir, que sí, fue aquel año en el que su último mes fue extremadamente helador. En 2010 para ser exactos.

La noche ya era completamente cerrada e ir por la calle se convertía en una odisea. Era tal el ambiente festivo que había a falta de dos días para fin de año, que en cualquier instante podría aparecer un niño y llenarte de spray de nieve artificial. Y así sucedió, un vecino de mi bloque me sorprendió y me roció de forma exagerada por todo el cuerpo. Ya podéis imaginar como se quedaron mis gafas, mi abrigo...

Después de mi mala pata con los spray conseguí llegar al lugar. Un local anexo a una parroquia de mi barrio. Era gratis y lo podíamos decorar a nuestra manera. Llegué, miré y me encontré con una de mis mejores amigas. La misma que me había dado un toque para pedirme auxilio porque no les daba tiempo. Pelo color miel, de estatura normal y con la piel tan blanca como un vampiro. Me puso en marcha en seguida y me presentó a todos con los que pasaríamos el primer día de 2011. Entre todos ellos había una chica que de primeras no me llamó la atención, pero no tardaría casi nada en conseguir que lo hiciese.

Nos dividimos en dos grupos, casi todas las chicas se fueron a comprar, otras sin embargo se quedaron para colgar el cartel personalizado que habían pintado y los chicos, nos quedamos para intentar emular al tío de Bricomanía. Comenzamos por los altavoces gigantescos de los que disponíamos para la música. Pesaban tanto que tuvimos que colgarlos entre cuatro personas. Una bola de discoteca que habíamos comprado se resistía a ser colgada y tardamos más de lo debido en poner ese armatoste en su sitio. Llegó el momento de colocar el famoso flash epiléptico que hay hoy en día en todos los pubs. De eso me encargué yo.

Me ayudo ella. La chica que no había captado mi atención al entrar. Que no parecía nada del otro mundo y que nadie habría pensado como acabaría aquello cuatro días después. Intenté ser lo más agradable posible, pero sin ningún propósito en especial.

—Bueno, vamos a ver, vamos hacerlo en plan operación. Me sujetas la escalera y mientras te pido las herramientas ¿te parece?— le dije.
—Trato hecho. Hmm, clavo y martillo para empezar?—me dijo con tono burlón.
—Sí, gracias señorita enfermera.—conseguí decir entre risas.

A partir de ese momento empezamos a conversar tranquilamente. Ella me preguntaba cosas. Yo le respondía con evasivas. Me intentaba sonsacar cosas de mi vida pero no le fue nada fácil. Empezaba a saltar una leve chispa entre nosotros. Sonrisas cómplices con cada tontería que el otro decía. Era realmente extraño lo que estaba sucediendo entre esas dos personas desconocidas hasta aquel mismo momento. Terminé, bajé de la escalera y nos quedamos frente a frente, mirándonos sin saber que hacer ni que decir. Lo siguiente sería un beso llegué a pensar justo cuando mis compañeros de chapuzas volvieron a entrar en escena. Todo quedó en standby. Hasta el día siguiente a fin de año no volví a contactar con ella.

Mucha gente hubo en aquella fiesta. Muchas personas tuve que agregar por entonces a Tuenti. Me faltaba alguien pero no recordaba quién. Una vez empecé a mirar las fotos me di cuenta de que era ella la que me faltaba. Le mandé la típica invitación de amigo. Tuenti no respondía así que tuvimos que utilizar Messenger. Justo cuando empezamos a retomar lo que dejamos parado en aquel instante, en el que nos quedamos mirando como dos idiotas.

Me di cuenta de que sería alguien importante para mí. Por muy loca que dijese que estaba o como acabase todo al cabo de diez meses. Sigue estando en mis recuerdos. Ya no pienso en ella. Pero forjé parte de mi personalidad junto a ella. Siempre quedarán cenizas, pero el fuego por suerte nunca se encenderá de nuevo.

Ál.Fdez

Podéis seguirme en twitter a través de @93alvaro como ya sabéis, muchas gracias a todos por leer una semana más! Y felices fiestas! Un abrazo!