sábado, 30 de noviembre de 2013

Una mañana sin igual

Una mañana más con el mismo compás. La alarma suena y solo la quiero estampar. Son solo las siete y media déjame descansar. Ahora no me apetece música, solo dormir, para variar. Empieza otro día, esperemos que pase sin más. El café en la cocina y unas galletas para acompañar. El baño está frío y la ducha no se quiere calentar. El radiador me ahoga y no me deja respirar. Me quejaba de frío y ahora el calor no soy capaz de aguantar. El secador me traslada a un paraíso sin igual. Las manos calentitas ya empiezan a funcionar. La cama deshecha y la habitación revuelta. La camiseta en la mesa y el pantalón en la percha. Los zapatos en una esquina marginados y el abrigo tirado.

Voy a llegar tarde y el autobús no espera. Salgo pitando escaleras abajo. Abro el portal y me resbalo con un charco. Está lloviendo y yo sin saberlo. Qué mala pata para comenzar. Se me olvidó decir que es martes y los martes "ni te cases ni te embarques". El autobús corre por el asfalto y yo intento aguantar el paso. Tengo que llegar antes de que cambie el semáforo. Los nudillos en la puerta pero el conductor no se da cuenta. Le doy más fuerte para que mire de frente. Me hace caso, menos mal sino le mato. La fauna me mira y el conductor gira. La barra esta lejos y no tengo actos reflejo. La caída es estrepitosa y provoca una carcajada de lo más escandalosa. El próximo giro no me pillará desprevenido. Llego a mi parada con la mano magullada.

La parada del metro espera mi entrada. Ya son las nueve y mi impericia hace que el tiempo vuele. Las escaleras mecánicas de repente se paran, la caída esta vez va a ser disparatada. Mis piernas responden y logro no despeinarme. Sigo corriendo hacia el andén, espero que el tren no tarde en aparecer. Los minutos pasan y me quedo sin ellos, la clase va a empezar y no llego a tiempo. El autobús me espera de nuevo y esta vez lo cojo el primero. No me caigo y no he muerto. Los cinco minutos se me hacen eternos. Llego a clase y todo en orden. Así puede ser una mañana en esta vida tan ajetreada.

Se lo dedico a una grandísima amiga por aquello de que es torpe, pero yo la quiero un montón y ella lo sabe.

Ál. Fdez.

Espero que os haya gustado, y recordad me podéis seguir en twitter @93alvaro Hasta la semana que viene!

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